Aspiración de Meconio

Recién Nacido

Entre las complicaciones que puede sufrir el bebé durante el parto, se encuentra el síndrome de aspiración de meconio. Puede llegar a ser un trastorno grave, pero en la mayoría de los casos, no lo es.

Este síndrome puede generarse antes del parto o durante éste, si el recién nacido aspira una mezcla de meconio y líquido amniótico. Se llama meconio a las primeras deposiciones del bebé; son heces pegajosas, densas y de color verde oscuro, las que son expulsadas dentro del vientre materno al principio del embarazo y también durante los primeros días de vida extrauterina.

La inhalación de meconio puede causar obstrucción parcial o total de las vías respiratorias del bebé. Si bien el aire puede pasar a través del meconio una vez que ha entrado en las vías respiratorias, el meconio se queda pegado a las paredes de las vías respiratorias cuando el bebé espira, irritándolas y dificultando la respiración. Las maneras en que este síndrome afecta la respiración del bebé son: irritación química del tejido pulmonar, obstrucción de las vías respiratorias por el tapón de meconio, infección e inactivación del tensioactivo, o surfactante, por el meconio (el tensioactivo es una sustancia natural que ayuda a los pulmones a expandirse).

Cuán severo es el trastorno, dependerá de la cantidad de meconio inhalado y del estado del bebé y las afecciones que pudiera padecer previamente, como, por ejemplo, alguna infección intrauterina o la posmadurez (supera las 42 semanas de gestación). Mientras más meconio inhala un bebé, más grave es.

Generalmente, el meconio sube y baja solamente por la tráquea cuando hay actividad respiratoria en el feto. Puede llegar a los pulmones si el bebé boquea en el vientre materno o en las primeras bocanadas luego del parto. Un bebé boquea cuando algún problema (una infección o la compresión del cordón umbilical, entre otros) hace que tenga dificultades para obtener suficiente oxígeno al interior del vientre materno.

Incidencia

Entre el 6% y el 25% de los bebés presenta meconio en el líquido amniótico, pero esto no significa que desarrollen un síndrome de aspiración meconial. De los bebés que expulsan el meconio en el parto, o cuyo líquido amniótico está teñido de meconio, entre el 2% y el 36% inhala meconio dentro del útero o en la primera respiración fuera de éste. De los bebés que nacen con el líquido amniótico manchado de meconio, el 11% padece algún grado del síndrome.

Causas

Existe una relación entre este síndrome y el sufrimiento fetal. Este último puede ser provocado por alguna complicación durante el embarazo, como una infección, o por las dificultades que aparecen durante el parto. Si un bebé experimenta sufrimiento fetal puede sufrir hipoxia (reducción del aporte de oxígeno), lo que puede causar un aumento de su actividad intestinal y una relajación del esfínter anal (la válvula muscular que controla el paso de las heces por el ano), lo que hará que se expulse meconio en el líquido amniótico donde flota el bebé.

Por otro lado, hay una posibilidad que no implica el sufrimiento fetal. Puede que el bebé, sin padecer complicaciones, expulse meconio antes de nacer, bloquee e inhale meconio, lo que puede generarle un síndrome de aspiración de meconio.

Otros factores de riesgo para el desarrollo del síndrome de aspiración de meconial son:

  • un parto complicado
  • edad gestacional avanzada o posmadurez (sobre 42 semanas)
  • una mamá fumadora, diabética, hipertensa, con una enfermedad respiratoria o cardiovascular crónicas
  • problemas con el cordón umbilical
  • escaso crecimiento intrauterino

Un parto prematuro no es un factor de riesgo. Es más, el síndrome de aspiración de meconio es muy poco frecuente en bebés de menos de 34 semanas.

Signos y síntomas

Al nacer, el bebé puede presentar los siguientes síntomas que el médico detectará:

  • restos de meconio (manchas o vetas verde oscuro en el líquido amniótico)
  • piel azulada (cianosis) o verdosa (por las manchas de meconio) en el recién nacido
  • problemas respiratorios —respiración rápida (taquipnea), dificultosa o suspensión de la respiración (apnea) en el recién nacido
  • baja frecuencia cardíaca (bradicardia) en el bebé antes de nacer
  • baja puntuación en la escala Apgar (es una prueba a la que se someten todos los recién nacidos inmediatamente después de nacer en la que les evalúan el color, la frecuencia cardíaca, los reflejos, el tono muscular y la respiración)
  • flacidez
  • posmaduridad (signos de que el bebé ha nacido con retraso, como las uñas largas)

Diagnóstico

Si el bebé presenta estos síntomas, el tratamiento empezará ya en el parto. Si existen dificultades respiratorias, el pediatra introducirá un laringoscopio en la tráquea para extraerle cualquier resto de meconio. También le auscultará el pecho con un estetoscopio para oír los sonidos típicos de los bebés que sufren el trastorno.

También el pediatra pedirá algunas pruebas, como un examen de sangre (llamado análisis de gases sanguíneos), que permitirá determinar si el bebé está obteniendo suficiente oxígeno, así como una radiografía de tórax para detectar parches o vetas en los pulmones.

Tratamiento

Hoy se aconseja que, en el caso de un bebé que ha inhalado meconio pero esté activo, con buen aspecto y con latidos cardíacos fuertes (sobre 100 latidos por minuto), el equipo que asiste el parto solamente observe al bebé para detectar posibles signos del síndrome, los que suelen aparecer durante las primeras 24 horas. Se observarán atentamente síntomas como incremento de la frecuencia respiratoria, emisión de sonidos roncos al respirar o cianosis.

Si en el bebé se muestran síntomas como escaso nivel de actividad, una frecuencia cardíaca baja (menos de 100 latidos por minuto), flacidez y poco tono muscular; se le deben desbloquear las vías respiratorias en seguida para reducir la cantidad de meconio aspirado. Para esto se utiliza un tubo endotraqueal (de plástico blando) que se introduce en la traquea a través de la boca o la nariz, el que va succionando mientras se va extrayendo lentamente el tubo. Se pueden succionar tanto las vías respiratorias altas como las bajas, a fin de sacar todo rastro de meconio en los fluidos succionados.

Gran parte de los bebés que han experimentado síndrome de aspiración de meconio mejoran con el pasar de los días o semanas, dependiendo de cuán grave sea la aspiración. En algunos niños, se presenta taquipnea durante varios días luego del nacimiento, sin embargo, no quedan lesiones pulmonares graves permanentes. Existen investigaciones sobre la relación entre el síndrome de aspiración de meconio y el riesgo de desarrollar enfermedades reactivas de las vías respiratorias (pulmones hipersensibles que pueden desarrollar asma).

El tratamiento para los bebés que sufren este trastorno, una vez que ingresen en una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) incluye:

  • oxígenoterapia, con mascarilla de oxígeno o respirador
  • antibióticos
  • uso de agentes tensioactivos
  • óxido nítrico
  • análisis de sangre periódicamente para medir si reciben suficiente oxígeno

Otra complicación asociada al síndrome, cuando se acompaña de dificultades respiratorias graves que requieren respiración asistida, es un riesgo más elevado de padecer displasia broncopulmonar, afección pulmonar que puede tratarse con medicamentos y oxígeno. También puede ocurrir un colapso pulmonar, conocido como neumotórax, el que se trata volviendo a inflar los pulmones (insertando un tubo entre las costillas, lo que hace que los pulmones se vayan expandiendo progresivamente).

En casos mínimos, un porcentaje reducido de bebés con síndrome de aspiración de meconio grave desarrollan neumonía por aspiración. Para tratarlo, el médico recomendará utilizar técnicas de rescate pulmonar avanzadas.

3 tratamientos son utilizados en los casos de neumonía por aspiración y en las formas más graves de síndrome de aspiración de meconio:

  • Tratamiento con agentes tensioactivos o surfactantes: se instalan agentes tensioactivos artificiales en los pulmones para ayudar a mantener abiertos los alvéolos pulmonares.
  • Oscilación de alta frecuencia: se utiliza un respirador especial que hace vibrar aire enriquecido con una concentración de oxígeno superior a la habitual dentro de los pulmones.
  • Tratamiento de rescate: se añade óxido nítrico al oxígeno del respirador para dilatar los vasos sanguíneos, lo que permite que los pulmones se irriguen con más sangre y tengan más oxígeno.

Un bebé gravemente afectado puede desarrollar una enfermedad pulmonar crónica, así como presentar anomalías en el desarrollo y deficiencias auditivas. En el hospital, a un bebé que padezca un síndrome de aspiración de meconio, le harán pruebas de cribado para detectar posibles deficiencias auditivas o lesiones neurológicas. Un caso grave del síndrome puede ser mortal. Sin embargo, los expertos indican que los fallecimientos por síndrome de aspiración de meconio han bajado significativamente debido a intervenciones como la succión del meconio y la reducción de los nacimientos postérmino.

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Prevención

Una mamá puede reconocer ciertos síntomas; por ejemplo, si al romper fuente, ve que su líquido amniótico es verde oscuro o contiene manchas o vetas de este color, debe acudir al médico. Por otra parte, el doctor puede utilizar la monitorización fetal durante el parto para observar la frecuencia cardíaca del bebé, en caso de que éste presente señales de sufrimiento fetal. También se puede llevar a cabo la amnioinfusión (infusión de solución salina en la cavidad amniótica) para eliminar el meconio del saco amniótico de manera que el bebé no lo inhale en el parto.

Como se ha mencionado, aunque el síndrome de aspiración de meconio es una complicación del parto que puede presentarse, generalmente no es grave. Normalmente se utiliza la monitorización fetal en el parto, lo que permite a los médicos percatarse de cualquier signo de aspiración meconio. Si esto sucede, el tratamiento se aplicará de inmediato.

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