El poder de un abrazo

El poder de un abrazo

Un abrazo es tan fuerte que puede producir muchas hormonas en nuestro bebé que se activan al contacto directo con nosotros. La oxitocina, mejor conocida como la hormona del amor, se libera con el contacto cercano. Según estudios, cuando un niño nace, los signos vitales mejoran y reducen el estrés de los padres cuando tienen contacto piel con piel.

Un abrazo suele ser el mejor consuelo cuando un bebé está llorando

El contacto físico regula el sistema de alarma de tu cuerpo y libera hormonas que reducen el estrés. Por ello, los padres deben reforzar los abrazos como hábito y utilizarlos como medio de expresión de sentimientos manteniendo el contacto físico a medida que crecen.

Los estudios muestran que cuando se mantiene esta conexión, los comportamientos desafiantes en los niños disminuyen, lo que hace que la crianza y la disciplina sean más placenteras y gratificantes.

Los efectos de los abrazos no solo son beneficiosos para los niños sino también para los padres ya que reducen nuestros niveles de cortisol, regulan la presión arterial y reducen el estrés.

También dan a nuestros hijos una sensación de seguridad, necesitan sentirse protegidos y no están solos, como cuando tu hijo llega al colegio por primera vez y abrazar antes de salir y al llegar para que entiendan en todo momento que están abandonados, pero el tiempo lejos de sus padres es temporal.

La dopamina es un neurotransmisor que se activa o libera para fomentar el contacto físico. Por lo tanto, los abrazos son una fuente de confianza para los niños, lo que permite que la ansiedad social disminuya.

¿Cuántos abrazos al día?

Según estudios demuestran que se debe dar y recibir al menos 6 abrazos al día, que los abrazos con personas que nos gustan, los abrazos que le dan a un bebe y a un recién nacido son los de sus padres cuando reciben abrazos de gente pequeña así conocidas, solo crean desconfianza y pueden tener efectos negativos, por ejemplo, mayor estrés, inquietud e incertidumbre. Por el contrario, cuando sean recibidos por sus padres, experimentarán una sensación de armonía durante todo el día.

Los abrazos son la mejor manera de comunicarnos, de hablar, de transmitir nuestras emociones internas. No son sólo una expresión de amor por las personas. Cuando nace un bebé, son amamantados por un abrazo. Este contacto se almacena en el inconsciente del niño.

Todos necesitamos un abrazo cuando estamos tristes, felices e inconscientes. Buscamos este medio para la comodidad con la esperanza de sentirnos mejor. Así que abracemos más y transmitamos y aprendamos nuestro cariño y amor a nuestros hijos para que ellos también puedan compartir este amor y ese cariño a través de un buen abrazo.


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