Lo que debes evitar si eres mamá que cria sola

madre e hija

No eres la única, cada día hay más mujeres que deciden tener un hijo sin depender de una pareja o que por algún motivo deben enfrentar su embarazo solas. Es toda una aventura, pero se puede tener éxito. Lo principal: evita los excesos y ten en cuenta estas sugerencias.

Peligros de la híper-dependencia

Cuando la relación entre mamá e hijo es demasiado exclusiva, se torna riesgosa, ya que es más difícil poner límites a los deseos (o caprichos) del niño. Si se le da en el gusto en todo, se le fuerza a enfrentarse con grandes desilusiones en el mundo real.

Además, si están juntos todo el tiempo, el pequeño puede sentirse asfixiado o encerrado. Otra posible consecuencia es que se convierta en un pequeño rey –“síndrome del emperador”–, exigiendo que todo se haga a su pinta y agotándote finalmente. Por último, se podría confundir su rol, al escuchar constantemente que él es el “hombre de tu vida”. La fusión del niño con su mamá podría afectar el desarrollo normal de su identidad.

No te aísles ni impidas que entre un hombre a tu vida

Es normal que luego de un tiempo llegue una tercera persona a la familia. Este triángulo es positivo para el niño, para que tenga algo de libertad y una perspectiva diferente.

Por otro lado, la mamá puede ofrecerle a su hijo la posibilidad de tener un referente paternal en su vida, ya sea un tío, un amigo, un compañero o un abuelo. De este modo, un hombre puede satisfacer sus necesidades de un padre y convertirse en una representación masculina, un papá postizo. Ahora bien, en ese sentido debes mantener una coherencia y responsabilidad, presentarle a tu hijo un desfile de «tíos» solo lo confundirá sobre todo si haces que se encariñe y luego lo sacas completamente de su vida.

Contrario a aislarse, la mamá puede recurrir a otras personas para llevar a cabo ciertos planes. Si te sientes desorientada, siempre es bueno acudir a alguien por ayuda, o hablar con un profesional médico, un terapeuta o una asociación de mamás solteras.

No ocultes la verdad a tus hijos

Cuando se convierta en un jovencito, tu hijo se interesará por saber quién es su padre y por responder a sus inquietudes. Debes estar preparada para contestar a sus dudas, por ejemplo si te pregunta por qué se fue su papá o por qué no quisiste vivir con él.

Si sientes que no estás preparada para hablar de ese tema, puedes pedir ayuda a algún experto. Recuerda ser clara y contarle lo que necesita saber, siempre según su edad y capacidades.


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