Efecto Pigmalión : ¿Los niños nacen buenos o malos?

Los niños nacen buenos o malos

Cada niño es diferente y aunque ciertas cualidades a veces nos hacen etiquetarlos como buenos o malos, psicólogos afirman que no lo son de nacimiento, sin embargo, en la antigüedad, nuestros ancestros pensaban que los niños nacían malos y salvajes y era responsabilidad de los padres educarlos para acoplarse y vivir adecuadamente en sociedad.

El tema ha sido ampliamente estudiado por psicólogos y algunos afirman que los niños nacen buenos o malos dependiendo de su genética y las condiciones en las que la madre vivió el embarazo. Agregan que en parte la personalidad del niño es «innata al individuo», es decir, el egoísmo, las mentiras y la maldad nacen junto con el niño y los padres deben corregirlo.

Niños ¿buenos o malos?

Cada niño es diferente y aunque ciertas cualidades a veces nos hacen etiquetarlos como buenos o malos, la mayoría de los psicólogos afirman que no lo son de nacimiento. Somos los padres, cuidadores y adultos alrededor del niño quienes solemos etiquetarlo como buena o mala personas según su comportamiento.

Son estos mismos especialistas quienes afirman que el individuo no desarrolla su personalidad sino hasta los 18 años, lo que hace imposible, cruel o erróneo etiquetar a un niño como malo. Explican además que el hecho de que un niño desobedezca a su padre no quiere decir que sea malo, aunque repita frecuentemente la actitud, esto pertenece a un comportamiento inadecuado, es su forma de actuar y no de ser.

¿Está mal decirle a un niño que es «malo»?

  • Clasificar a un niño como malo lo afecta negativamente, en muchos casos terminará asumiendo lo que los demás definen de él, a esto se le conoce como el Efecto Pigmalión, que describe «la creencia que una persona tiene sobre otra puede influir en la conducta de esta otra persona».
  • Si un niño es catalogado como malo, su entorno lo verá de igual manera, por lo que no será tratado en igualdad de condiciones, lo que aísla al niño de su entorno social.
  • Repetirle continuamente al niño que es malo, por un comportamiento inadecuado, terminará actuando como los demás dicen y esto afectará su temperamento y personalidad.
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