Cómo proteger a tus hijos de los desconocidos

niño

A medida que tus hijos crecen, te irás dando cuenta de que no puedes acompañarlos en cada paso que den. Eso puede darte mucho miedo, en vista de los peligros que hoy abundan. Para estar más tranquilos como padres, pueden enseñarle a sus hijos a cuidarse de los desconocidos. 

Situaciones que deberían evitar

Por lo general los niños pequeños no tienden a desconfiar de las demás personas, es más, pueden ser muy amigables con quienes no conocen. Si bien no toda persona desconocida que los salude va a ser mal intencionada, es importante ayudarlos a ser cuidadosos al tratar con alguien que se les acerque.

Puedes explicarle los peligros de hablar con alguien que no conozcan, poniendo incluso ejemplos de situaciones que podrían surgir. Una idea es decirles: “Si están solitos y de repente un hombre o una mujer que no conozcan les dice que vayan a su casa o que suban a su auto o que reciban un regalo o que guarden un secreto, corran a pedir ayuda cuanto antes”. De esta manera, les enseñas eficazmente a reconocer los riesgos específicos.

Lo que se puede hacer

Dile a tus hijos que si se sienten incómodos por alguien, deben pedir ayuda a un adulto que les dé confianza, como un policía, un bombero o la “tía” del jardín. Enséñales a confiar en su instinto, es decir, a hacer caso de sus sensaciones o pensamientos sobre alguien que le asuste.

También es muy importante instruir a los niños para que aprendan a decir que NO muy firmemente frente a un ofrecimiento o intento de tocarlos donde no deben. Puedes ensayar con ellos, así como enseñarles a gritar fuerte si es necesario. Así, podrían espantar a un posible abusador o a un ladrón.

Cuéntales a tus pequeños que siempre deben estar acompañados de otras personas cuando jueguen, ya sean adultos conocidos u otros niños, ya que jugar solos podría llevarlos a ser víctimas de un desconocido.

Si sigues estos consejos, podrás darle a tus hijos la preparación necesaria para estar seguros donde sea que estén, y no tener que lamentar una mala consecuencia por no haber hablado francamente con ellos.

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