Cómo afrontar el cambio de colegio

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Todo cambio genera incertidumbre y en ocasiones angustia frente al nuevo escenario que está por venir. Cuando esto ocurre en niños, son los padres quienes deben asumir el control y entregar a su hijo(a) la seguridad necesaria para que se desenvuelva de la mejor manera.

El cambio de colegio es un paso normal pero que genera diferentes sensaciones y respuestas en los niños, ya que se enfrentan a un nuevo entorno con otros códigos y se separan de sus compañeros y amigos.

Deberá adaptarse a un nuevo espacio y conocer nuevos compañeros, que probablemente ya han formado grupos.

María Paz Guzmán, psicóloga infantil de Clínica Avansalud explica que el pilar fundamental en esta situación son los padres, ellos deben dar la noticia de forma clara al niño y ayudarlo a enfrentar este nuevo escenario que idealmente no debería ser sorpresivo.

 

“Es necesario involucrar al menor en todo el proceso del cambio y destacar los aspectos positivos como hacer nuevos amigos, sin dejar a los del otro colegio y vivir nuevas experiencias. Se debe actuar con calma y e intentar comprender lo que significa para ellos este cambio, donde pueden sentir temor a no ser aceptados y tristeza al extrañar a sus amigos”, dice la especialista.

 

Ya en el nuevo colegio, es necesario seguir de cerca los actos del niño y descubrir sus sentimientos y sensaciones “Hay que estar muy atentos a los cambios de ánimo y al rendimiento escolar que presenta, ya que ambos pueden variar e interferir en la vida cotidiana. Es fundamental mantenerse comunicados, escucharlos y no burlarse ni restarle importancia a sus miedos, deben sentirse queridos, protegidos y apoyados” enfatiza la psicóloga.

 

Una buena idea para incentivarlos a seguir adelante y vencer sus temores, es felicitarlos cada vez que muestren un progreso y ayudarlos a ser independientes y encontrar una solución a los problemas que ellos manifiesten, van apareciendo en el camino. De esta forma, los padres estarán entregando herramientas fundamentales para el resto de la vida, no sólo para la etapa escolar, ya que les enseñaran a buscar sus propias soluciones.

 

Dependiendo de la edad del niño, varían los efectos que puede provocar el cambio de recinto escolar. Por ejemplo, un niño que pasa a primero básico debe adaptarse no sólo a un nuevo lugar, sino que también a ser calificados y a nuevas obligaciones, en tanto los adolescentes tienden a preocuparse por el ámbito social, para ellos lo primordial es que están dejando a sus amigos y deben tener la capacidad de insertarse en nuevos grupos, lo que en muchas ocasiones dependerá de su carácter. “Nuevamente los padres juegan aquí un rol fundamental, deben estar cerca de sus hijos y entregarles calma y seguridad ante todo”, enfatiza María Pía.

 

Si el alumno no logra integrarse de forma correcta y su vida se ve alterada por falta de ánimo, apetito o sueño, presenta problemas para concentrarse y está muy nervioso e inquieto, la recomendación, señala la especialista, es buscar ayuda y acudir a un psicólogo con el fin de buscar otras alternativas para que el niño supere esta situación.

 

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