Fracturas

Niña- quemaduras en niños

 

Alerta máxima

Lleva a tu hijo al médico de inmediato si se ha roto un hueso. Es importante que leas los pasos que deberás seguir hasta que vea al equipo médico.

La ruptura de un hueso requiere cuidado médico urgente. Si tu pequeño siente o escucha el sonido de uno de sus huesos como si se quebrara, debes sospechar de una fractura.

Síntomas comunes

En vista de las muchas caídas y peleas hogareñas que los niños experimentan, es un alivio que sus huesos sean relativamente flexibles y puedan aguantar más presión y torceduras que el promedio de los adultos. Sin embargo, los huesos jóvenes están todavía creciendo, por lo que cada fractura requiere un tratamiento muy cuidadoso para evitar futuras complicaciones.

Las fracturas que se curan en una posición inadecuada pueden causar deformidades, y si esto ocurre cerca de los bordes de los huesos largos de brazos y piernas, puede detener por completo el desarrollo de las extremidades.

Las fracturas están clasificadas en relación a su gravedad y la zona afectada. Una fractura simple es aquella en la cual el hueso se quiebra limpiamente y en un solo lugar. Las fracturas complicadas son las que traspasan músculos, nervios y piel (llamadas también linduras abiertas). Las fracturas complicadas son las más riesgosas, pues el hueso está expuesto al aire y, por tanto, a las bacterias y otros agentes infecciosos.

Lo que puedes hacer

Si se trata de una herida en la espalda o el cuello de tu niño, no lo muevas salvo que corra peligro inminente. El movimiento podría causar un severo daño a los nervios. Solicita ayuda médica de urgencia. Si debes mover al niño, tanto el cuello como la espalda deben estar completamente inmovilizados antes de realizar cualquier traslado. Debes moverlo como una unidad, manteniendo la cabeza, el cuello y la espalda completamente alineadas.

Si la lesión permite ver al hueso sobresalir de la herida y existe una hemorragia, aplica presión sobre el área del sangrado con una compresa de gasa, paño u otro material similar limpio. No laves la herida ni empujes hacia adentro el hueso visible.

Cuando traslades al pequeño, aplica tablillas alrededor de la parte del cuerpo lesionada para prevenir un daño mayor. Deja la parte del cuerpo en la posición original. Las tablillas deben hacerse con tablas, escobas, cartón o un material similar firme, acolchándolas con un material suave como almohadas o toallas. Las tablillas deben ser lo suficientemente largas para que se extiendan más allá de los ligamentos por encima y debajo de la fractura.

Colócale compresas frías o una bolsa de hielo cubierta con un paño sobre el área afectada.

Mantén a tu hijo descansando recostado hasta que llegue la ayuda médica.

Lo que no hay que hacer

Lo que puede hacer el médico

Examinará la lesión y mediante las radiografías evaluará su extensión. Si existe una fractura, el traumatólogo inmovilizará la extremidad afectada con una venda ajustada o con yeso. Si es una fractura complicada, probablemente operará con anestesia general para devolver el o los huesos a su posición correcta. Luego se enyesará la extremidad. Toda fractura abierta se tratará con antibióticos para evitar infecciones.

Lo que sucede después

El niño estará con yeso hasta que el hueso se cure totalmente, por lo general entre 6 y 8 semanas, o más. Debes mantener el yeso seco y limpio (en las farmacias hay sábanas plásticas que protegen al yeso del agua). Ayuda a tu hijo a estar activo, pero sin poner en riesgo el proceso de curación. Cuando el hueso se ubique en su lugar, no habrá dolor por la lesión, pero puede experimentar rigidez y dolor esto mismo, y por el trabajo extraordinario que otros miembros deben hacer para compensar. En ese caso, un calmante recetado por el doctor lo ayudará.

Si sufre de picazón dentro del yeso, no dejes que se rasque metiendo algún artefacto punzante, ya que podría herir la piel e infectarla. El médico puede aconsejar qué hacer en ese caso.

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