Una ola de creatividad impulsada por inteligencia artificial ha llevado a ChatGPT a superar marcas históricas de usuarios. El lanzamiento de una función para generar imágenes al estilo del Studio Ghibli desencadenó un fenómeno viral, colapsando servidores y reavivando debates sobre derechos de autor y ética en el arte digital.
Mientras millones transforman sus fotos en ilustraciones mágicas, la sombra de Hayao Miyazaki, crítico feroz de la IA, planea sobre esta tendencia.
El Boom viral de las imágenes al Estilo Ghibli
La herramienta de generación de imágenes de ChatGPT permitió a usuarios convertir memes, retratos y hasta mascotas en personajes de Studio Ghibli. Según Similarweb, la semana del lanzamiento, los usuarios activos superaron los 150 millones por primera vez en 2024. Sam Altman, CEO de OpenAI, celebró en X: «Sumamos un millón de usuarios en una hora», comparándolo con el crecimiento inicial de ChatGPT en 2022.
El éxito radica en la estética única de Ghibli: trazos manuales, colores oníricos y personajes emotivos. Ejemplos como el gato Mali, transformado en un felino de Mi vecino Totoro, o el meme Disaster Girl adaptado a un fondo surrealista, inundaron redes sociales, demostrando el poder de la IA para capturar esencias artísticas.
¿Cómo hacer las tuyas?
1. Ingresar a openai.com e inicia sesión en ChatGPT presionando el botón “Log in”. Si no tienes cuenta, tendrás que registrarte. También puedes descargar la aplicación y hacer lo mismo allí desde tu móvil.
2. En la barra de texto, adjunta una foto en el símbolo “+”.
3. Pídele a la IA que transforme la imagen a una caricatura o que parezca “inspirada en Studio Ghibli”.
Beneficios de usarlo en familia
Beneficios de cómo ChatGPT, a través de la tendencia viral de editar imágenes con el estilo Ghibli, está uniendo y ayudando a padres y niños:
- Fomento de la creatividad colaborativa: Padres e hijos pueden trabajar juntos para diseñar escenas, describir personajes o ajustar detalles en las imágenes, promoviendo la colaboración y el intercambio de ideas. Esto incluye desde convertir fotos familiares en arte nostálgico hasta recrear momentos cotidianos con un toque mágico.
- Accesibilidad sin necesidad de habilidades técnicas: La herramienta permite crear ilustraciones complejas sin requerir conocimientos en dibujo o software especializado. Esto democratiza el arte, permitiendo que familias sin formación artística exploren su creatividad juntas.
- Conexión emocional a través de la nostalgia: El estilo Ghibli evoca emociones vinculadas a películas clásicas como Mi vecino Totoro o El viaje de Chihiro. Al recrear sus propias imágenes en este estilo, padres e hijos reviven recuerdos y comparten afecto por estas historias, fortaleciendo vínculos.
- Educación en tecnología e IA: El proceso de usar ChatGPT para generar imágenes introduce a los niños conceptos básicos de inteligencia artificial, prompts y edición digital. Los padres pueden aprovechar esta tendencia para enseñar sobre innovación tecnológica de forma lúdica.
- Creación de recuerdos digitales únicos: Familias transforman fotos de vacaciones, mascotas o eventos especiales en ilustraciones con estética Ghibli, creando versiones artísticas de sus momentos más queridos. Por ejemplo, usuarios han convertido paisajes locales o comidas tradicionales en escenas de película.
- Estimulación de la imaginación y el juego: Los niños pueden imaginar cómo serían sus juguetes, cuartos o mascotas en un universo Ghibli, mientras los padres guían la descripción de escenarios mágicos. Esto incentiva el pensamiento narrativo y la fantasía.
La respuesta de OpenAI y los límites técnicos
El entusiasmo masivo tensionó la infraestructura de OpenAI. Altman admitió: «Nuestras GPU se derritieron». Pese a esto, la empresa reportó un aumento del 11% en descargas y un 6% en ingresos por suscripciones, según SensorTower. Las actualizaciones de GPT-4o, diseñadas para imágenes avanzadas, explican parte de este rendimiento, aunque también expusieron vulnerabilidades en escalabilidad.
Para gestionar la demanda, OpenAI implementó límites temporales en la función, priorizando estabilidad sobre acceso inmediato. Esta medida, aunque necesaria, frustró a usuarios durante horas pico.
El debate legal sobre derechos de autor en Ghibli
Imitar el estilo Ghibli con IA plantea dilemas legales. Evan Brown, abogado de Neal & McDevitt, explica: «Las leyes protegen obras concretas, no estilos». Esto deja en un vacío jurídico a las creaciones inspiradas, aunque no copien directamente.
Josh Weigensberg, de Pryor Cashman, cuestiona si OpenAI entrenó sus modelos con obras de Ghibli: «Sin licencia, esto podría ser problemático». La empresa no ha aclarado sus fuentes de datos, aumentando la incertidumbre.
Miyazaki y su postura contra la IA
En 2016, Hayao Miyazaki calificó la animación por IA como «un insulto a la vida». Al ver un demo de un cuerpo retorciéndose, declaró: «Quien crea esto no conoce el dolor». Sus palabras resurgieron con la tendencia, contrastando con la euforia de los usuarios.
El estudio Ghibli, por su parte, se negó a comentar. Sin embargo, su filosofía artística —centrada en lo manual y lo humano— choca frontalmente con la automatización que promueve la IA.
Casos de éxito y creatividad de los usuarios con Ghibli
Janu Lingeswaran, dueño del gato Mali, compartió su experiencia: «Quedé enamorado del resultado. Lo imprimiremos para colgarlo». Otros ejemplos incluyen al tirador olímpico Yusuf Dikec, rediseñado como protagonista de un anime, o retratos familiares convertidos en escenas de El viaje de Chihiro.
Estas creaciones, aunque efímeras, muestran cómo la IA acerca estilos artísticos complejos al público general, democratizando herramientas antes reservadas a ilustradores profesionales.
El futuro del arte generado por IA
OpenAI afirma tomar un «enfoque conservador»: bloquea imitar artistas vivos, pero permite estilos de estudios como Ghibli. Altman cambió incluso su foto de perfil en X a un retrato estilo Miyazaki, celebrando la creatividad de los usuarios.
No obstante, persisten dudas éticas. ¿Desplazará la IA a los artistas? Miyazaki ya dio su respuesta: «Nunca usaré esta tecnología». Para otros, como Lingeswaran, es un complemento: «No reemplaza el arte, solo lo expande».