Los reflejos son innatos del ser humano, y se le llama así a las respuestas involuntaria del recién nacido ante la realización de algún estímulo. Este tipo de acción contempla generalmente un movimiento. En esta ocasión nos referiremos al reflejo de babinski en el bebé o reflejo plantar exterior.
Este es el movimiento que realiza el dedo gordo del pie; hacia arriba, hacia el empeine, mientras que el resto de los dedos se abren semejando un abanico cuando se frota o presiona con fuerza la planta del pie del bebé.
- Aunque los reflejos primarios van desapareciendo progresivamente durante el desarrollo del bebé, el reflejo de Babinski permanece hasta los dos años de edad.
- En algunos casos desaparece antes de los doce meses, pero son excepcionales.
- Cuando el bebé comienza a reptar, luego gatear, posteriormente se arrastra con la punta de los pies y hasta que comience a caminar, este reflejo comienza a desaparecer.
- Cuando el bebé camina en puntillas, es probable que se haya saltado alguna de estas etapas, lo que quiere decir que el reflejo de Babinski no ha desaparecido, aunque el bebé ya tenga 18 meses. Sin embargo, será el pediatra quien determine por qué ocurre esto y cómo tratarlo.
¿Qué pasa cuando este reflejo se presenta en niños mayores de dos años?
Aunque será el especialista quien determine por qué el reflejo de Babinski sigue presente, generalmente las causas se deben a algún signo de trastorno del cerebro o del sistema nervioso: lesión o tumor cerebral o en la médula espinal, sclerosis lateral amiotrófica, accidente cerebrovascular, esclerosis múltiple.
¿Cómo probar que nuestro bebé tiene el reflejo de Babinski?
- Recuesta al bebé sobre una superficie plana, acolchada y cómoda.
- El bebé necesita estar tranquilo sin distracciones secundarias para poder observar su respuesta al estímulo.
- Con algún objeto fuerte o el dedo indice o pulgar de la mano masajea y presiona la planta del pie.
- Recorriendo desde el talón y haciendo presión con un movimiento continuo y observa.
- Lo ideal es que el bebé tense el dedo gordito de su pie y que los demás dedos se abran como abanico.
Si el bebé no presenta ninguna reacción es importante acudir con el pediatra y realizar los estudios neurológicos pertinentes para descartar cualquier trastorno o problema de salud que imposibilite su buen desarrollo.