Los hijos del medio y sus sentimientos

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Se sabe que los hijos mayores son el ejemplo y los “conchitos”, los regalones. Y, ¿qué pasa con los hijos del medio?

En ocasiones se asocia a los hijos del medio con “ovejas negras”, ya que no tienen un papel tan claramente asignado dentro del círculo familiar y pueden adoptar conductas confrontacionales o rebeldes.

Esto puede determinar su personalidad, siendo más tímidos, independientes, conflictivos o, sencillamente, diferentes del resto.

Algunos han llegado a admitir que sienten cierta distancia con sus progenitores y hermanos, de algún modo no se sienten parte de su familia.

Obviamente, no se puede generalizar, pero muchas veces se nota un comportamiento diferente en hijos medianos, aun cuando lleven una buena relación con sus otros hermanos o no se sientan excluidos.

 

¿Seré adoptado?

El sentimiento de no pertenencia puede llevar a plantearse esta cómica pregunta. Quizás hasta se dude del parecido físico con los papás o con los otros niños.

Si a esto se le suma que los gustos o aficiones pueden ser muy diferentes de las del resto de los hermanos y padres, la brecha se abre aun más.

Otros se consideran como el hijo o hija “raros”. La problemática radicaría, según los psicoanalistas, en que el hijo mediano no cuenta con el estatuto del mayor ni con las deferencias del menor, por lo que le cuesta encontrar su rol en el mundo.

De modo similar, el aspecto físico añade a veces más razones para dudar de la similitud con la familia. Algunos hijos del medio se sienten menos atractivos que los otros integrantes, ya sea por tener rasgos más toscos o por no tener la misma contextura física que sus padres o hermanos. Quizás esto sea sólo una idea, pero el sentirse feos o gordos es un sentimiento normal dentro del problema de no encajar.

Cabe destacar que los expertos señalan que cuando el hijo del medio es el único varón o la única mujer, es menos probable sentirse excluido, ya que la exclusión se reemplaza por la exclusividad de ser el único de su sexo. Esto les asigna importancia y no se sienten desplazados, sino especiales para sus progenitores.

 

Falta de atención y sobre-exigencia

Un sentimiento frecuente en hijos del medio es la falta de atención por parte de los padres. Si se da este rasgo, se genera soledad y aislamiento, por lo que es responsabilidad de los padres crearles a los hijos medianos un espacio válido y significativo en la familia, lo más temprano posible en su vida.

Por otra parte, una atención desmedida de los papás hacia este hijo podría llevar a que se le sobre-exija con respecto a sus hermanos. Y el que el niño satisfaga todas las demandas, deseos y expectativas puede ser un modo inconsciente de querer asegurarse el afecto y aprobación de sus padres.

Pero ser siempre el más cumplidor puede generar sufrimiento y ansiedad. De la responsabilidad se podría pasar a la rebelión, ya que el hijo comprende que es el único que hace lo que sus padres esperan de él.

Si esto sucede, la relación se volverá más tensa y conflictiva. Y la confrontación puede ser una herramienta debido a no encontrar un lugar definido.

En resumen, algunas conductas reactivas de los hijos medianos se deben a la soledad que han experimentado en su infancia y adolescencia.

Entre las consecuencias para su temperamento se encuentran:

Es primordial, entonces, que los padres les hagan ver a todos sus retoños la importancia que tienen en la familia, los valoren, destaquen sus diferencias que los hacen únicos y eviten hacer comparaciones que generarán inseguridades e incluso conflictos entre hermanos.

 

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