¿Cómo lavarse las manos correctamente?

Cómo lavarse las manos correctamente

Lavarse las manos es algo tan simple y cotidiano que suele no dársela la importancia que tiene, aún así, es la mejor manera de prevenir resfrío, gripe, y ciertas infecciones. Tener una buena técnica de lavado de manos y transmitírsela a tus hijos, constituye una gran herramienta para mantener una buena salud familiar.

Dedicarle tiempo a la buena higiene de las manos reduce la presencia de virus, bacterias y riesgos innecesarios.  Todas las actividades que realizamos día a día nos exponen a enfermedades, por eso te contamos cómo lavarnos las manos correctamente y sobre todo la importancia de crear este hábito en los niños.

¿Cuándo lavarse las manos?

  • Antes de preparar comida.
  • Después de tocar carnes crudas.
  • Antes de comer.
  • Después de estornudar, toser, o sonarte.
  • Después de cambiar pañales.
  • Después de ir al baño.

Forma correcta de lavarse las manos con agua

  • Idealmente debes hacerlo con agua caliente. Moja tus manos con agua de la llave limpia y luego ponte jabón.
  • Frota tus manos hasta que se forme una buena cantidad de espuma y restriégalas por todas partes durante unos 15 o 20 segundos. Una buena idea es que enseñes a tus hijos a cantar el “cumpleaños feliz” mientras lo hacen para que se hagan la idea del tiempo necesario durante el que tienen que frotarse las manos.
  • Enjuaga bien tus manos con el agua de la llave corriendo.
  • Idealmente, sécate las manos con una toalla de papel o un secador de aire y cierra la llave agarrándola con la toalla de papel.

Manera correcta de lavarse las manos con alcohol gel

  • Pon un poco de gel en la palma de una de tus manos.
  • Frota el gel por todas las áreas de tus manos hasta que estén secas. No descuides tus dedos.

En internet es posible encontrar varias recetas para hacer gel desinfectante casero. Ten presente que para que sea efectivo debe contener un 60% de alcohol.

Reseña histórica

Ignaz Semmelweis, médico húngaro que vivió a mediados del siglo 19, fue el primero en demostrar que lavarse las manos era una manera efectiva de prevenir el contagio de enfermedades. En esos años, las personas no sabían que los gérmenes podían causar enfermedades y simplemente no se pensaba que lavarse las manos fuera importante.

El doctor Semmelweis trabajaba en un hospital de la ciudad de Viena. En la sala de maternidad de este hospital existía una tasa de mortalidad altísima, tanto así que las pacientes suplicaban que las enviaran de vuelta a sus casas. La mayor parte de estas mujeres eran tratadas por estudiantes de medicina que pasaban a visitarlas después de asistir a una clase de anatomía en que manipulaban cadáveres.

Sin embargo, cuando el doctor Semmelweis recomendó que la higiene de manos fuera un procedimiento de rutina en todo el hospital, se rieron de él. Tuvieron que pasar más de 50 años para que esta práctica preventiva fuera aceptada por todos los médicos.

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