Cólicos del bebé ¿Qué hacer?

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Los cólicos del bebé preocupan mucho a los papás y los descubrimientos al respecto van dando pautas de cómo sería más recomendable tratar a los bebés de hasta 3 meses de edad.

Experto: Lua Grimalt, psicóloga, educadora de masaje infantil y certificada de “Happiest Baby”

Las tendencias en relación a la crianza cambian mucho. Algunas, que en algún momento fueron respetadas y marcaron la forma de criar a una generación entera, años más tarde son consideradas obsoletas o absolutamente peligrosas para la salud de nuestros hijos. Estos cambios no surgen fruto de la nada, sino que responden, entre otros factores, a:

  • las transformaciones que vamos viviendo
  • las demandas del estilo de vida que se tiene en cada cultura
  • el lugar que les damos como sociedad a los niños
  • los descubrimientos científicos relacionados con la salud de los recién nacidos

Una de las preocupaciones dentro de la crianza del bebé es cómo abordar los cólicos, frente a los cuales mucha gente se pregunta ¿qué son realmente? ¿les pasa a todos los bebés? ¿son problemas estomacales? ¿alergias? ¿suceden porque la mamá está nerviosa?

Los cólicos empiezan generalmente a las 2 semanas de edad, tienen un peack a las 6 semanas y se acaban a los 3 o 4 meses. Se caracterizan por un llanto repentino, acompañado por una cara de dolor. El llanto es intenso, viene en olas y para abruptamente. Normalmente son peores en las tardes y ocurren en el hijo como en el 5°.

Las últimas investigaciones acerca de los cólicos proponen que éstos no tendrían ninguna relación con problemas de gases, alergias alimentarias, reflujo, ansiedad maternal, inmadurez del sistema nervioso o temperamento de los bebés, si no que serían una respuesta a la necesidad de los estímulos que recibían en el útero, ¿curioso no?

Después de muchísimos años de mitos y confusiones al respecto cada vez hay más acuerdo respecto a esta teoría. Debido a que los humanos evolucionamos, nuestros cerebros se hicieron más grandes y gracias a esta inteligencia logramos caminar en 2 pies. Así nuestras caderas se hicieron más angostas y fue necesario adaptarnos a esta nueva condición para poder sobrevivir.

Lo que pasó fue que empezaron a sobrevivir aquellos bebés que nacían a los 9 meses de gestación, y que eran por lo tanto, capaces de pasar por el canal de parto. Entonces, nacemos con los reflejos básicos para poder sobrevivir, como chupar, llorar o mantener nuestro corazón latiendo, pero al igual que el resto de los mamíferos somos dependientes durante los primeros meses de vida.

A partir de esto, nuestra misión como papás, es cobijar, alimentar y querer a nuestros pequeños teniendo en consideración que lo mejor que podemos hacer durante los 3 primeros meses es intentar replicar el ambiente uterino fuera de éste. Es decir mecer, envolver y alimentarlos en forma constante, ofreciéndoles también un ambiente con ruidos blancos que permitan que se active este reflejo de calma asociado con las sensaciones uterinas.

Aunque todo esto parezca ser de sentido común se ha desarrollado una técnica que consiste en sistematizar estas acciones de tal forma que sea más efectiva la activación del reflejo de calma. Se aplica en niños que, luego de haber revisado que no tienen hambre, sueño, pañal sucio o necesidad de ser tomados continúan llorando sin consuelo.

Esta se llama las 5 eses, por las siglas en inglés:

  1. Swaddling (envolver)
  2. Side or Stomac position (posición de lado o de guatita)
  3. Shuhing (que se refiere a hacer shhhhh o poner un ruido blanco)
  4. Swinging (mecer)
  5. Sucking (chupar)

Este grupo de acciones es una estrategia, que si se entrena nos ayudaría a calmar los cólicos y a dormir mejor, por lo tanto a tener más momentos para disfrutar con nuestros hijos.


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