La congestión en los senos o lo que se conoce como subida de la leche, es algo muy común que ocurre cuando se pasa a la segunda fase de la lactancia. Esto generalmente ocurre durante la transición que existe entre el calostro y la leche madura, lo que provoca el aumento del volumen de la leche en los senos, trayendo como consecuencia la congestión mamaria.
Algunos especialistas aseguran que esta situación puede llegar a ser muy incómoda para todas las madres, pues con la congestión de mamas los senos se vuelven duros, hinchados y dolorosos. De hecho, los senos congestionados pueden llegar a ser muy grandes, y a estar muy apretados lo que sin duda resulta algo muy molesto para la mujer.
¿A todas las madres lactantes le sucede?
Durante el proceso de lactancia es normal que la mujer experimente algún grado de congestión, sobre todo en la primera o la segunda semana después del parto, ya que el aumento en el flujo de sangre a los senos junto con un aumento en su producción de leche materna puede dar lugar a que los senos se vuelvan pesados y se noten repletos.
¿Cómo ayudar a disminuir la congestión?
- Amamantar es la mejor opción, puesto que la producción de leche se ajusta para satisfacer las necesidades del bebé. Entonces, a mayor lactancia, mayor descongestionamiento mamario.
- Es recomendable que la madre no se salte una toma del bebé o una extracción de leche.
- En caso de no querer practicar la lactancia, es importante cuidar bien la toma y equilibrar la lactancia o extracción en los dos pechos.
- Masajear el pecho durante la toma para ayudar a liberar más leche.
- Después de cada comida, colocar una compresa fría sobre los senos para aliviar el dolor y la inflamación.
- Alternar entre diferentes posiciones para amamantar y así drenar todas las áreas de los senos.