Los bebés se chupan el dedo incluso cuando están en el vientre materno y te habrás preguntando a qué se debe este hábito y por lo general, lo hacen hasta los 2 años. Al nacer, los pequeños tienen un reflejo de succión, por eso lo ves buscando qué chupar.
Por qué el bebé se chupa el dedo
Es su manera de conectarse con el mundo que les rodea, más aún, ese reflejo permite estimular el pezón, de manera que la hormona prolactina provoque la subida de la leche. Sin esa succión, el bebé no podría alimentarse.
Conociendo a través de la boca
- Al pasar los 6 meses, la succión deja de ser un reflejo y se lleva a cabo conscientemente.
- En esta etapa, el bebé comienza a conocer su entorno a través de su boca.
- Tanto el sentido del gusto como el del tacto predominan.
- Cuando los niños pasan los 2 años, aproximadamente, dejan de chuparse el dedo.
Algunos expertos no aconsejan dejar que los niños utilicen el chupete pasado el año de edad, porque en algunos casos puede generar problemas dentales, así como aumento de otitis media. Si este hábito afecta la salida de los dientes permanentes puede convertirse en una complicación. En ese caso, un dentista tendrá que evaluar la dentadura del niño.
¿Beneficia que se chupen el dedo?
- Durante los primeros meses del bebé, el acto de chuparse el dedo los ayuda a dormir con menos interrupciones durante la noche, así que si se despiertan no será necesario que te levantes a buscar su chupete u otorgarle su juguete favorito.
- Poder chuparse el dedo no sólo mejora su succión, además les otorga un sentimiento de seguridad. El bebé se enfrenta a múltiples cambios desde que nace y durante el primer año de vida, por lo que al chuparse el dedo logra controlar este tipo de situación.
- Aún no existen estudios que puedan avalar la conexión entre chuparse el dedo y mantener la lactancia, pero las experiencias de algunas mamás así lo confirman.
En resumen, el reflejo de succión es completamente normal. El hábito de chuparse el dedo o el chupete les transmite tranquilidad y les permite explorar nuevos objetos con su boca. Es inofensivo en los primeros años del pequeño, siendo importante mantenerlo a raya una vez que crezca.