Cambios imperceptibles en la adolescencia

cambios imperceptibles en la adolescencia

La pubertad es un desafío para padres e hijos ¿Cuáles son los cambios imperceptibles en la adolescencia? El niño se convierte en una criatura rebelde que a menudo lleva a los padres a la desesperación. Aquí te ofrecemos información básica sobre el desarrollo de tu hijo en crecimiento y los cambios en la adolescencia que quizás no se notan a simple vista.

Cambios imperceptibles en la adolescencia

La adolescencia es una época de cambios en todos los ámbitos de la vida:

  • Física
  • Mental
  • Espiritual
  • Social
  • Religiosa

Por lo tanto, no es de extrañar cuando surgen las crisis. El amor y la firmeza de los padres son particularmente importantes en este momento. Tu comportamiento general y los valores por los que viven continúan ofreciendo al niño rebelde orientación, apoyo y seguridad ante los cambios imperceptibles en la adolescencia.

Por lo tanto, sigue siendo de gran importancia prestar atención a la convivencia familiar y esforzarte por mantener conversaciones abiertas y honestas en las que se puedan discutir los problemas y buscar soluciones comunes.

cambios imperceptibles en la adolescencia ¿Qué caracteriza esta etapa?

Las niñas y los niños adolescentes se enfrentan a cambios en el desarrollo que deben gestionar. Se abren muchas oportunidades y posibilidades, pero este tiempo también trae consigo estrés y exigencias excesivas. Por lo tanto, esta fase a menudo se asocia con anomalías y trastornos psicológicos, que son parte de los cambios imperceptibles en la adolescencia.

Este es un gran cambio en la vida de los jóvenes. La forma en que se maneja este trastorno depende de varios factores: La estructura de personalidad del adolescente, el estilo de crianza de los padres y las condiciones ambientales.

Oportunidades: Sé positivo acerca de los cambios de tu hijo en crecimiento durante los cambios imperceptibles en la adolescencia. Toma los desafíos asociados como una oportunidad. Debes estar preparado que habrá conflictos.

Busca posibilidades y formas de hacer que este tiempo sea lo más creativo posible. Intenta inspirar a tu hijo para algo y fomenta este entusiasmo.

Cambios en el área física y mental

Con el inicio de la pubertad viene una mayor conciencia de sí mismo. Se observa meticulosamente la apariencia física. A esto se suma la sexualidad emergente, que es una interacción complicada entre el desarrollo físico-biológico especialmente hormonal, los requisitos previos emocionales y cognitivos y varias condiciones psicosociales.

La formación de amistades y relaciones sexuales tempranas está relacionada en gran medida con la falta de amor, seguridad y cercanía en la relación padre-hijo. El joven intenta mejorar su autoestima a través de la amistad.

Cambios en la esfera social

La convulsión social se caracteriza por dos rasgos: la búsqueda de la independencia y el grupo de iguales. El joven entra en una tensión que no es fácil de resolver: la búsqueda de un camino entre la individualidad y la comunidad.

En la individualidad, se trata principalmente de madurar en un ego y asumir la responsabilidad. Como el ego sólo puede madurar a través del tú, el joven necesita de la comunidad como contrapartida con especificaciones y reglas con las que crecer y codearse.

Esto les presenta a los adolescentes una tarea difícil. Una sociedad pluralista no ofrece pautas uniformes, hay que elegir entre la diversidad de la oferta. Para ello, los jóvenes necesitan un entorno que les ayude a hacerlo.

La tarea de los padres y adultos es crear un equilibrio entre la familia y los compañeros, mantener la unión dentro de límites razonables y marcar un espacio para la acción independiente. Los padres adoptan una actitud solidaria, alentadora y al mismo tiempo correctora en caso de desarrollos no deseados durante los cambios imperceptibles en la adolescencia.

Cambios en el ámbito espiritual-religioso

Al igual que el desarrollo físico, psicológico y social, el desarrollo mental cognitivo tiene lugar en los procesos. La capacidad de la memoria a corto y largo plazo aumenta y el contenido grabado se procesa de manera diferente que en la infancia.

Este avance en el razonamiento incluye la capacidad de pensar sistemática y lógicamente, abstraer, combinar y considerar soluciones alternativas a un problema, y ​​pensar hipotéticamente, es decir, aceptar y afirmar posibilidades teóricas.

Este trastorno en el pensamiento, combinado con el desapego de los padres, hace que se cuestionen las normas, valores y reglas anteriores. Pero no sólo se cuestiona el pasado, sino que el joven también se cuestiona a sí mismo. Las preguntas más comunes que hacen los adolescentes son:

  • ¿Quién soy?
  • ¿Cómo quiero ser?
  • ¿Quién se creen los demás que soy?

Es la cuestión de la propia identidad. Encontrar la propia identidad en una sociedad abierta se ha vuelto más difícil de lo que solía ser sociedad cerrada. Con la desinstitucionalización del curso de la vida y la destradicionalización de la vida social, el joven se ve cada vez más abandonado a sus propios recursos.

Si se deja al joven a su suerte, existe el riesgo de que desarrolle una autoestima negativa con diversos problemas de comportamiento p. ej., comportamiento depresivo o agresivo, problemas escolares persistentes, abuso de alcohol y drogas.

Oportunidades: Habla abiertamente con tu hijo adolescente sobre temas ideológicos y religiosos y discútalos con él. Ayuda a encontrar sus propias respuestas a la pregunta sobre el sentido de la vida.

Cambios en la relación padre-hijo

En los años de la adolescencia, la unión en la relación padre-hijo también cambia. Los jóvenes se separan cada vez más de los lazos familiares y buscan sus propios contactos independientes fuera de la familia.

Para algunos padres, este es un proceso doloroso que lleva a un conflicto porque el joven ya no forma parte de la vida familiar. Los padres reaccionan de manera diferente a este proceso de desapego.

Algunos tratan de aferrarse al niño, otros lo sueltan y ya no les importa lo que está haciendo y hacia dónde va. Ambas actitudes tienen efectos negativos en el proceso de desarrollo.

Es mejor que los padres sigan siendo personas de referencia y autoridad que también quieren los jóvenes, aunque ya no sean los únicos contactos en lo que respecta a la orientación de la vida, la elección de carrera, la elección de amigos.

El comportamiento de crianza de los padres tiene que cambiar porque el niño en crecimiento se esfuerza por tener más autonomía. Los padres deben apoyar estas búsquedas sin perder el control.

Cambios en el desarrollo de la personalidad

El desarrollo de la personalidad durante este tiempo tiene lugar entre el apego y la separación. Este proceso conduce necesariamente a conflictos que se manifiestan de manera especial en el interior del joven y que muchas veces ni los padres ni los adultos notan.

Externamente, el conflicto tiene lugar en el proceso de autonomía con los padres. Los adolescentes desafían con vehemencia los límites establecidos por sus padres, pero se sienten abandonados cuando los límites ya no existen.

El joven desarrolla la personalidad con la ayuda de los conflictos en el seno de la familia. El manejo de conflictos requiere de un comportamiento comunicativo abierto por parte de los padres, que buscan el diálogo con sus hijos y articulen, justifiquen y prueben su opinión sin rechazar la opinión del niño, única forma de que el joven obtenga no sólo su física autonomía sino también la autonomía social.

Con el desapego de los padres, los adolescentes también suelen tomar una contraposición a las normas, valores y conceptos morales de los padres. Esto no significa, sin embargo, que se desprendan fundamentalmente de los valores de sus padres.


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