Cómo enseñar a nuestros hijos que lo importante de los castigos, son las consecuencias de sus actos

Es bueno considerar dejar atrás ese tipo de métodos correctivos y busquemos alternativas respetuosas que sí sean efectivas para educar a nuestros hijos. En esta ocasión quiero hablarte de cómo enseñarle a nuestros hijos que lo que importan no son los castigos, sino las consecuencias de sus actos.

¿Por qué no importan los castigos?

Principalmente, porque no funcionan. Cuando se castiga a un niño no le estás enseñando qué fue lo que hizo mal, simplemente le enseñas a que si hace ciertas cosas, se le castigará de alguna manera. Pero además de que en realidad no logran comprender el por qué no deben hacerlas, el efecto del castigo es solamente temporal.

Cómo responder a quienes nos sugieren que pegar a los niños es positivo y necesario: Hacer mal a alguien no puede ser una buena manera de enseñarle a hacer el bien.

Explicar y mostrarle las consecuencias de sus actos

Aunque antiguamente se castigaba ocasionalmente con golpes y tiempo fuera, estoy segura que eso no sirve de nada porque al recibir los castigos,por lo general el niño no comprende qué ha hecho mal. Un simple «te dije que no tocaras eso» o un «obedece» no son suficientes para un niño. Si queremos que verdaderamente entienda hay que explicarle el por qué y las consecuencias de lo que hace o deja de hacer.

Para ello, te comparto algunas sugerencias o ideas que creo podrían ayudar a que nuestros hijos entiendan el por qué hay ciertas conductas que deben seguir.

Demuéstrale la importancia de los valores

Aprender a diferenciar lo bueno y lo malo a base de una educación enfocada en valores. Honestidad, amabilidad, respeto, generosidad, son algunas de las lecciones de vida que están muy presentes en mi manera de actuar.

¿Cómo les hacemos entender cuáles son y por qué debemos respetarlos? Primeramente, dando el ejemplo. Los niños son imitadores por naturaleza y muchas de las cosas que nosotros hagamos, ellos también las harán.

Por ejemplo, podemos explicarles que cuando nos dirigimos a los demás de manera amable y respetuosa, no sólo generas una sensación positiva en el otro, sino que además es más probable que esa amabilidad y respeto regrese a ti. En cambio, si nos portamos altaneros o le exigimos al otro, no solo les incomodaremos, hasta podríamos hacerles sentir mal y que nos rechacen o devuelvan el mal trato.

Explícale la Ley de causa y efecto

Es algo que todos conocemos muy bien: para cada acción corresponde una reacción. Todo lo que hacemos tiene consecuencias, positivas o negativas. Aquí lo importante es explicarles cuáles son las consecuencias de sus actos, para que comprendan la razón e importancia de hacer o no hacer ciertas cosas. Por ejemplo:

Recordemos que la mayoría de los niños que «se portan mal» no saben que lo que hacen está mal. Nuestra responsabilidad es enseñarle entonces el por qué no deben hacer tal o cual cosa, y qué es lo que sucede si actuamos de cierta manera.

Muéstrales que ellos son responsables de sus actos

Así como les enseñamos que toda acción tiene una reacción, debemos enseñarles que ellos son los responsables de lo que ocurra a causa de sus actos. Por ejemplo, si nuestro hijo toma un bote de pintura y lo tira al piso, la consecuencia es que hace un desastre. Ahora su responsabilidad es limpiarlo (acompañado de nosotros pues son muy pequeños aún) y mostrarle que ese tiempo que «perdimos» limpiando algo que pudo haberse evitado, fue tiempo que no pasamos juntos haciendo algo divertido como leer o jugar.

Creo que estos tres puntos nos pueden ayudar a enseñarle a nuestros hijos la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal. Así mismo les enseñará a comprender que todo lo que ellos hagan tendrá una consecuencia y de sus acciones dependerá que ésta sea buena o sea mala.

¿Cómo le explicas a tus hijos que lo que importan son las consecuencias de sus actos?

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