Audición del bebé

Audición del bebé

Los bebés están tan interesados en lo que oyen que intentan encontrar la fuente del estìmulo. A medida que el niño adquiere control de los movimientos de la cabeza, se vuelve cada vez más eficiente en localizar el lugar de dónde proviene el sonido.

Los avances del niño

El primer mes de vida se le habla cara a cara al bebé. Después del primer mes se puede mover cada vez más lejos, incluso hasta quedar temporalmente fuera de su campo visual, esto le ayuda a entrenar los movimientos de la cabeza y la ubicación del sonido.

El observar cuando se le habla, permite al bebé darse cuenta de los movimientos y expresiones faciales que acompañan la charla y que, de manera sutil, contiene un significado. Los bebés mueven los brazos, aunque de manera muy suave, a un ritmo que concuerda con la velocidad y el énfasis del lenguaje verbal que escuchan.

Estos movimientos juegan un papel importante, indicando que el bebé tiene una comprensión de los mensajes verbales y no verbales. Además le ayuda a interiorizar el ritmo, la cadencia y la intensidad del lenguaje y le lleva a la comprensión temprana del mismo, de la misma forma cuando traza las letras con los dedos ayuda a los niños a aprender el abecedario escrito.

Lo importante de platicar con el niño constantemente

El bebé aprende a diferenciar el lenguaje verbal de todos los demás sonidos. Existe una gran estimulación en el desarrollo del lenguaje cuando se habla con los bebés, caso contrario ocurre cuando no se le conversa.

Al igual que el bebé nace con la capacidad de identificar y reproducir diferentes fonemas (sonidos que le ayudan a establecer el significado en palabras). Al hablar al niño se le expone a estos sonidos, él tiene la capacidad de reproducirlos. Si no se le expone, él los olvida a medida que madura.

¿Cómo hablar con el bebé?

  • Al hablar con el bebé de hasta tres meses hay que hacerlo por el oído derecho que es un tanto más sensible que el izquierdo, ya que el oído derecho envía mensajes de manera rápida al lado izquierdo del cerebro, que controla la capacidad de pensamiento, análisis y razonamiento.
  • Se comienza hablar al bebé susurrándole en su oído derecho, se capta su atención, incluso cuando hay sonidos fuertes a su alrededor. Lo que se le diga es tan importante como el timbre y tono que se use.
  • Al interactuar con el bebé se comienza cada comunicación que se susurre al oído con dos o tres frases de amor, es lo que se denomina un “evento de ambientación”. Se repite este evento de ambientación cada vez que se va a platicar con el bebé.
  • Es importante que el bebé se acostumbre a las frases iniciales para que él espere el juego que sigue a continuación, y aprenda a identificarlo durante su primera semana de vida.
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