Estimulación prenatal para el 1° trimestre

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La estimulación prenatal durante las primeras semanas del embarazo se realiza principalmente a través de la sensación de bienestar de la mujer y de las hormonas que comparte con el embrión.

Experto: Dafnis Zambrano, especialista en estimulación prenatal

La estimulación prenatal durante el 1° trimestre, y en todo el embarazo es una experiencia maravillosa, que mediante la realización de diversas actividades, junto con la aplicación de determinadas técnicas auditivas, visuales, motoras, y táctiles favorecerás la comunicación, el aprendizaje, desarrollo físico, mental y sensorial del bebé. Durante el 1° trimestre el sistema nervioso del embrión se está formando, por lo que aún no se puede comenzar a estimular sus sentidos. En esta etapa, lo mejor para beneficiarlo es la sensación de bienestar en que se encuentre la madre, porque la transmite al embrión a través de las hormonas.

Durante las diferentes etapas del embarazo los bebés desarrollan habilidades sensoriales y motoras, por eso introducir los estímulos cuando ha desarrollado el sentido y pueda responder a él es de vital importancia.

Comprender que la estimulación prenatal es un proceso de comunicación bidireccional es importante ya que los estímulos y las respuestas van de los padres al niño y del niño a sus padres, pues el bebé también dicta sus pautas al establecer respuestas a los estímulos o iniciar él la actividad.

La participación de la figura paterna es fundamental, ya que permite fortalecer los nexos afectivos entre papá, mamá y bebé.

Ventajas de la estimulación prenatal

  • Al nacer, el bebé muestra mayor desarrollo en el área visual, auditiva lingüística y motora.
  • Duerme mejor
  • Es más alerta, seguro y amigable
  • Se calma fácilmente al escuchar la voz de su madre, la música o el cuento que le leían mientras estaba en el útero
  • Muestra lazos de amor más intensos y una mayor cohesión familiar.

 

Una vez que conoces las ventajas para el bebé de la estimulación prenatal, es indispensable que desde el momento padre y madre brinden al pequeño un ambiente cálido, enriquecedor, pero sobre todo lleno de amor, paz y de estímulos, que él necesita para aprender y crecer.

Ejercicio para el 1° trimestre

Si estás en el trimestre de tu embarazo puedes comenzar a beneficiar a tu hijo con este ejercicio, pues existe una conexión cercana entre el bienestar emocional de la madre y el niño, ya que comparten hormonas.

Esta actividad de relajación y visualización puedes hacerla durante unos 20 minutos. El momento y el lugar indicado para llevarla a cabo es aquel donde los 2, mamá y papá, puedan estar tranquilos, ya sea en la mañana, al mediodía o antes de dormir. A continuación te indicamos paso a paso cómo realizarla.

  • Ponerse ropa cómoda, no muy apretada, abrigada y que permita libertad de movimiento.
  • Elegir una habitación con una temperatura agradable, poca luz y una cama o sillón cómodo. También puedes utilizar una colchoneta colocada en el piso.
  • Pon música relajante y suave a un volumen moderado. Las mejores melodías para realizar estos ejercicios son de Mozart, Vivaldi, Bach, Haydn y otros temas de música clásica.
  • Sientate en una posición cómoda en el sillón, cama o en la colchoneta que escogiste. Si lo haces con el papá tú debes recostarte sobre su pecho de manera que pueda abrazarte por atrás.
  • Cierra los ojos y haz un par de inspiraciones profundas por los labios entreabiertos, así como un suspiro. Continúa respirando profunda y uniformemente, concéntrate en el ritmo de tu respiración, en tus sensaciones corporales, en tus sentimientos o en una imagen que tenga que ver contigo misma, no te quedes dormida, concentra la atención totalmente y en forma activa en la música. Luego exhalas lento y sigues respirando profundo.
  • Una vez que estás consciente de todo tu cuerpo y ya tomaste el ritmo de la respiración concéntrate en lo que sientes tanto en tu cuerpo como en tus sentimientos.
  • Ahora centrate en tus pies, toma consciencia de que existen y están ahí, la presión que sientes en ellos, tus talones, los dedos, los tobillos. Ahora doblas los dedos hacia la planta de los pies. Haz fuerza con los dedos hacia abajo. Mantén la contracción y vas soltando poco a poco con cada respiración. Contráelos y suéltalos según el ritmo de la respiración, cuando inhalas los contraes, mientras exhalas los sueltas.
  • Respira lentamente mientras te relajas y aflojas. Con cada respiración Te hundes en un estado de relajación perfecta. No te duermas sigue alerta, pero relajada.
  • Ahora es el turno de tus piernas y muslos. Toma consciencia de ellos, tensa cada músculo, mantén la tensión y relajas con cada respiración. Inhala y exhala. Relájate y déjate ir. Debes contraer el músculo mientras inhalas y soltarlo cuando exhalas. Recuerda continuar con el ejercicio según el ritmo pausado de tu respiración.
  • Continúa con este proceso de contraer y soltar cada músculo de tu cuerpo en sentido ascendente, siguiendo el ritmo de tu respiración. Cuando llegue el turno de la cabeza toma conciencia de tu cara y cada uno de sus músculos. Tensa cada uno por separado y sueltas con cada respiración, céntrate en los párpados, la boca y la mandíbula.
  • Ahora que estás completamente relajada es el momento de la visualización. Deja que tu mente también se relaje, imagina a tu bebé en el vientre, rodeado de un aura de amor, dile que papá y mamá lo esperan con ansias, que lo aman, manifiéstale todos tus sentimientos, lo que sientes por él y por su llegada. Envíale mensajes positivos, dile que sabes que es un bebé hermoso e inteligente; trata de conversar con él -como si estuviera a tu lado- hazle cariño, bésalo, permanece así el mayor tiempo posible. Inhala y exhala.
  • Comienza a escuchar la música nuevamente, así de a poco regresarás al estado consciente habitual y volverás lentamente a un estado total de vigilia. Conserva la sensación de calma, concéntrate en lo que te rodea, continua moviendo lentamente cada parte de tu cuerpo, comienza por los dedos de manos y pies, continúa con brazos y piernas, hasta que al final es el turno de abrir de a poco los ojos para observar el ambiente que te rodea.

 

Una vez que termines este ejercicio te sentirás renovada, vitalizada y relajada para realizar tus actividades cotidianas y sobre todo, mucho más cerca del pequeño que comienza a crecer en tu interior.


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