Cómo prevenir el abuso sexual infantil

Cómo prevenir el abuso infantil

Los padres han sido testigos de numerosas denuncias sobre abuso sexual infantil en diversos lugares y contextos sociales, por lo que resulta inevitable cuestionarse, preguntarse y analizar la vida, circunstancias y contextos de nuestros hijos.

Experto: Carla Vivanco, magister en psicología clínica

El abuso sexual infantil es una experiencia que todo padre y madre quisiera evitar que un hijo experimente porque presume que es un trauma de los más dolorosos y arduos de superar. Sin embargo, puede acontecer que estos sucesos pasan en frente y no se ven, se develan o se creen. No por ser malos padres, sino porque la realidad, cuanto más dolorosa, más se necesita omitir. De manera que la mente busca subterfugios para no ver la información implicada o argumentar su inexistencia. Este es un peligro enorme, porque impide tomar medidas preventivas o curativas tempranamente.

La prevención de abuso sexual infantil tiene muchas aristas y aunque es un arduo desafío, es posible dar una mayor protección a los hijos, si se considera algunos aspectos relevantes y fundamentales. Pero, es importante aclarar, que aunque se tomen todos los resguardos que describiremos, los niños puedan ser víctimas de igual modo. Porque siempre quedará un margen inalcanzable para los padres, como parte de la vulnerabilidad natural de los niños y jóvenes y como parte de la incapacidad social, legal y de salud de dar una respuesta y solución real y efectiva a este flagelo.

¿Cómo aumentar ese rango en el que sí es posible prevenir?

Los padres y madres necesitan asumir que la prevención va más allá que conocer a las familias de los amigos que visitan los hijos, asegurarse de que el jardín de infantes tenga procedimientos seguros, que la persona del bus sea una persona honorable, que darles información clara de lo que es normal y adecuado y lo que no o que ellos incorporen la idea de no aceptar ningún ofrecimiento a un desconocido. Todo esto cuenta y ayuda; pero no es suficiente.

Las herramientas que los padres y madres deben entregar, se construyen desde lo más básico de la relación:

  • Cada vez que se respeta a un hijo/a, se le está enseñando que es valioso y que tiene derecho a ser respetado por otros y a exigir ese respeto.
  • Cada vez que se le permite dar un no con sentido, se le enseña que puede disentir y hacer valer sus derechos o deseos.
  • Cada vez que se le permiten pensar por sí mismo en vez de seguir órdenes, se le está enseñando a tener criterio y se le entrena a enfrentar la vida con sus propios recursos.

La comunicación de base, se construye en la confianza. Nace en ese espacio íntimo donde un padre/madre da lugar a un hijo para hablar de todo de manera tranquila; sin cuestionar o poner en duda, para que el niño no llegue a pensar que debe callar para no se confrontado o invalidado.

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