El parto en el agua y sus grandes beneficios

Parto en el agua

Llegó el gran momento de tener al bebé y junto con esto, la elección de la forma en que la mamá dará a luz. Una especial manera de hacerlo es teniendo el parto en el agua, que tiene grandes beneficios tanto para la madre como para el bebé, además de estrechar el vínculo materno.

Haciendo un poco de historia, el primer parto que se registró fue en 1803 y se realizó en Francia. En un diario de la sociedad médica francesa, se cuenta que una mujer, luego de 48 horas de trabajo de parto y de molestias, decidió sumergirse en agua caliente para pasar los dolores. De esta forma, y casi sin percatarse, nació su bebé dentro del agua.

Más adelante, en la década de 1970, Michael Odent, médico francés, fue de los primeros en defender este tipo de parto. Su método consistía en llenar una tina con agua caliente para que la mujer se sintiera cómoda y pudiera comenzar con su trabajo de parto. Gracias a esta forma, Odent se dio cuenta que cuando las contracciones son muy fuertes, la mujer, al estar en el agua, siente alivio y menos molestias.

¿En qué consiste el parto en el agua?

Es una modalidad del parto natural, donde el proceso es espontáneo. Una vez que la mamá pasó por las dos etapas previas al parto (dilatación y encajamiento) y comienzan las molestias, se entra a una etapa de hidroterapia, donde el agua circula a través de filtros a 37 grados Celsius.

Características y beneficios que diferencian al parto en el agua de otras técnicas

  • No es un procedimiento inducido.
  • Parte en el horario que el bebé establece.
  • Es en forma espontánea.
  • No hay aceleración.
  • Se respetan los tiempos del parto.
  • Hay mayor calidad de apego entre el bebé y la mamá.
  • La madre está consciente, lucida, no tiene anestesia.
  • La mamá tendrá más leche.
  • La mujer maneja el parto y sus tiempos.

Preparación

Para realizar partos acuáticos, existe una preparación, por medio de clases individuales a la mamá, donde debe entender lo que significa estar embarazada y el tiempo que se necesita para dar a luz. Los controles son similares a los de otros partos, pero en este caso el médico y matrona trabajan como equipo para formar una madre que va a tener a su bebé.

Los especialistas educan a la mujer para el proceso. Las indicaciones son iguales a las de un parto normal: no subir mucho de peso y comer lo correcto. Eso sí, ante cualquier patología que exista, por ejemplo, diabetes, hipertensión arterial, cardiopatías o metrorragias del tercer trimestre, no debe hacerse parto en el agua. En todo caso, la matrona dice que el 95 por ciento de las mamás pueden realizarlo.

Beneficios para toda la familia

Gracias a esta modalidad, los integrantes de la familia, mamá, papá y bebé, tienen una linda experiencia.

La madre es beneficiada en varios aspectos:

  • Esta agua hace que los genitales se dilaten y se abran los canales.
  • Se acorta el trabajo de parto.
  • Al no haber corte, la recuperación es más rápida.
  • Se acelera y aumenta la lactancia.
  • Se estrecha la conexión con el bebé.

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