Mocos en bebés: Qué tener en cuenta

Congestión del bebé

Ningún padre quiere despertarse con un bebé congestionado e incómodo, pero ocurre con más frecuencia de lo que muchos padres quieren admitir. Ya sea un resfriado, alergias o una causa completamente diferente, la congestión puede hacer que tanto tú como tu bebé no se sientan bien.

Mocos en bebés

Cualquier padre con un pequeño menor de tres meses de edad debe tener cuidado con los mocos en bebés. Una nariz tapada o un resfriado en un recién nacido puede empeorar debido a su sistema inmune débil. Si tu recién nacido está experimentando una nariz tapada o con secreción nasal, haz una cita con el pediatra.

Congestión Infantil

En los bebés mayores de tres meses, la congestión nasal y la secreción nasal no es un problema tan importante. Es fácil para las narices pequeñas congestionarse porque no hay mucho espacio. Hay más de 200 virus de resfriado diferentes, y tu bebé no tiene inmunidad hasta que los detecta.

El adulto promedio tiene entre dos y cuatro resfriados al año. ¡Imagínate cuántos de ellos puede desarrollar tu bebé sensible! Sin embargo, una secreción nasal no siempre significa un resfriado. En el invierno, la nariz de tu bebé trata de protegerse cuando sale al aire frío. Crea más mocos en bebés para mantener la nariz húmeda y libre de partículas.

Descubrir que el moco que sale de la nariz de tu bebé es un arcoíris de colores puede causar mucho nerviosismo. ¿Deberías llamar al pediatra? ¿Deberías llevarlos a la sala de emergencias?

Analizando los mocos en bebés

Clear

Es el tipo más común de mocos en bebés y no debe ser motivo de alarma. Este típico color de moco podría ser simplemente la forma natural en que su bebé elimina las partículas de la nariz y las mantiene fuera de los pulmones. Los mocos claros o congestión infantil también pueden ser un signo de alergias, una reacción al aire frío o seco, o los primeros signos de un resfriado.

Mocos Blancos

El moco que tiene un color blanco es más común en bebés mayores de un año. El color blanco es causado por el consumo de lácteos y no es motivo de preocupación.

La leche espesa la mucosidad y los bebés y niños pequeños tienden a consumir muchos lácteos. A medida que los bebés crecen y se convierten en niños, el moco blanco puede ser un signo de deshidratación.

¿Qué tener en cuenta?

Si el neonatólogo de tu bebé te dice que está en perfectas condiciones, no te angusties porque tenga mocos y flemas, esto resulta ser muy normal durante los primeros días de vida. Aprende a quitarle estas mucosidades para que pueda respirar mejor.

¿Cada cuánto puede presentar mucosidad?

Los recién nacidos, e incluso, los bebés de pocos meses acumulan mocosidad diariamente, aunque no estén resfriados. Los mocos son un mecanismo de defensa de su organismo, ya que limpian las vías aéreas de gérmenes y evitan que se propaguen.

¿Cuándo preocuparte?

Puedes empezar a preocuparte si observas que la mucosidad es excesiva, es decir, si limpias su nariz y al instante la tiene repleta de mocos nuevamente. Cuando los mocos son en abundancia el niño puede terminar presentando una otitis (inflamación del odio medio).

¿Se pueden utilizar medicamentos para la mucosidad?

Algunos especialistas aseguran que no es recomendable colocarles a los niños mucolíticos, pues aunque disuelve la mucosidad de sus orificios, incrementa la secreción de mocos.

Remedios No farmacológicos para mocos y flemas

  • Hidratación: debes mantener a tu bebé hidratado (agua o leche), el líquido ayuda a disolver los mocos.
  • Un ambiente húmedo: los lugares húmedos ayudan a que el bebé se sienta un poco más aliviado, así que coloca en su cuarto un vaporizador eléctrico, recipientes llenos de agua o un humidificador. Si decides utilizar estas herramientas, debes lavarlo todos los días para evitar la formación de hongos, que podrían causar infecciones respiratorias.
  • Puedes optar por utilizar un extractor de moco para aliviar la mucosidad del bebé.
  • Limpiale los mocos que tenga por fuera con un pañuelo muy suave para evitar irritaciones.
  • Lávale la nariz a menudo con suero fisiológico nasal o un nebulizador de agua marina (100% natural).

En cualquiera de los casos, es importante que antes de tomar una decisión consultes con el médico tratante de tu bebé. Si vez que la mucosidad es acompañada de mal olor, sangrado u otro síntoma, no lo dudes y ve de inmediato con el pediatra.

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