Vómito, piezas de un juguete, trozos de alimentos y risas al momento de comer, son posibles causas de un atragantamiento en tu hijo. Sus consecuencias son variadas, por esto es necesario que prestes atención y sepas lo que necesitas saber para prevenirlos.
Experto: Mónica González, enfermera de Urgencias de Clínica Avansalud
Los atoros o atragantamientos se producen generalmente en bebés mayores de seis meses y hasta los tres años. Las causas son variadas, entre ellas se cuenta: la tendencia típica a esta edad de llevarse todo a la boca y la falta de molares para trozar bien los alimentos. “Ante una obstrucción de la vía aérea debemos actuar rápido, ya que si una persona permanece sin oxígeno durante cinco minutos puede sufrir un grave daño cerebral”, acota Mónica González, enfermera de Urgencias de Clínica Avansalud.
En ocasiones, existe un descuido por parte de quien los atiende, por eso Facemama.com investigó para ayudarte a proteger a tu hijo.
Existen dos tipos de atoro: parcial y completo. En el primero, tu hijo presenta dolor de garganta y dificultad para hablar y respirar. En el segundo, existe una completa obstrucción de las vías aéreas, lo que le impide respirar y hablar por completo.
Si bien, el pequeño desde que nace tiene el reflejo de toser cuando algo le molesta para respirar, no siempre esto basta para expulsar un objeto. Por esto, es necesario tomar todas las medidas para prevenir un accidente.
Precauciones en los bebés
Antes se recomendaba que los pequeños durmieran sobre su vientre, pero luego la tendencia cambió, y en la actualidad se aconseja acostarlos de espalda con la carita de lado, así se evitan los atragantamientos producidos por vómitos mientras duerme.
Según el Médico Jefe del Departamento de Urgencia Escolar de Clínica Alemana, Guillermo Correia, lo mejor es poner la carita del bebé de lado, para que así la leche que devuelve el pequeño caiga sobre la almohada.
También es importante que revises que los cordeles y cintas con que afirmas los colgantes, juguetes, móviles y el chupete del bebé, sean cortos, debido a que el bebé se puede enredar en ellos.
Si tu pequeño toma leche o líquido en mamadera, nunca lo debes dejar solo, porque se puede atragantar mientras se alimenta.
Por otro lado, si te asusta que mientras toma pecho se atore, no te preocupes, ya que desde que nacen tienen el reflejo de succión y siguen un ritmo: primero búsqueda, luego succión, deglución y respiración.
Prefiere los juguetes plásticos y sin partes pequeñas. En el caso de los peluches, evita aquellos que tengan botones por ojos.
Tampoco le des a tu hijo trozos de dulces, frutas, ni algún tipo de alimento sin la autorización del pediatra. En ocasiones inclusive los alimentos molidos y muy espesos pueden provocar atoros.
En los niños un poco más grandes
Si tu hijo empezó a comer solo, es muy importante que sigas todas las instrucciones del pediatra y no le des semillas ni frutos secos, hasta alrededor de los cuatro años.
No lo hagas reír mientras come, porque así es fácil que se atragante, a pesar de que esté comiendo algún molido. Ten cuidado cuando dejes vienesas, pan tostado y pastillas al alcance del menor. Además, debes tener guardadas las legumbres en lugares donde tu pequeño no las alcance, en ocasiones un granito de garbanzo puede hacer que ambos pasen un gran susto.
Los juguetes de tu hijo también son importantes. Evita aquellos que tienen partes pequeñas porque se los puede llevar a la boca.
No dejes botones, alfileres, agujas, ni algún elemento que tu hijo se pueda tragar. Si lo ves con alguno de estos elementos en la boca NO debes gritarle, ya que eso provoca que el niño se asuste e inhale, lo que puede generar un accidente de graves consecuencias. Además, si tiene cualquier elemento en la boca, no permitas que corra, ya que se puede caer o se lo puede tragar sin intención.
En caso que tu hijo se atore, recuerda que debes realizar la Maniobra de Heimlich (ver artículo) y nunca introducir tu mano para sacar el cuerpo extraño, ya que sólo provocarás que se meta más.
