¿Castigas o humillas a tu hijo en público?

consecuencias de castigar públicamente al niño

Este tipo de “castigos”, en los cuales se les reta o humilla públicamente, más que enseñarlos a no volver cometer el mismo error o tener la misma actitud, genera en los niños temor, frustración y rabia, misma que puede llegar a afectar su estabilidad emocional y social.

Los niños a partir de los dos años comienzan a hacer muchas travesuras, se vuelven desobedientes y hacen berrinches sin parar, y aunque a veces estemos estresadas con esta situación y de sus acciones vergonzosas en público, debemos saber que esta también es una etapa de transición y tenemos que afrontarla con mucha paciencia e inteligencia.

¿Llamado de atención o humillación pública?

En ocasiones llega un momento en el que estamos tan alterados que ciertos actos de los niños nos sacan de nuestras casillas y terminamos alzándoles la voz, y al no hacernos caso es posible recurrir al castigo, el detalle está en que muchas veces se confunde entre un castigo y una reacción de humillación y menosprecio psicológico hacia el menor.

El abuso verbal, la ridiculización y el aislar o ignorar a un niño o niña son actos poco apropiados, ya que la aceptación en la familia o escuela es fundamental en su vida, al humillarlo frente a sus compañeros, amigos o familiares se está perjudicando la posibilidad de que él o ella puedan constituir un grupo de referencia que le brinde la aceptación y cariño que necesita para su desarrollo.

¿Cómo afectamos al niño al castigarlos públicamente?

  • Lo único que se consigue es afectar su autoestima, disminuyéndola.
  • Generando una negatividad, inseguridad, impotencia y desconfianza hacia los padres y entorno en general, lo que se puede manifestar en conductas agresivas o excesivamente pasivas, trastornos en el desarrollo, trastornos del sueño, alimentación y control de esfínter, entre otras cosas.
  • Si somos violentos con nuestros hijos, ellos aprenderán que para resolver un conflicto es legítimo el uso de la violencia.
  • De la misma forma, si utilizamos la humillación pública para disciplinar a nuestros hijos e hijas, lo que les estamos comunicando es que es válido este tipo de comportamiento.

¿Cómo corregir un mal comportamiento?

  • Diversos especialistas en psicología infantil sugieren que para enseñar y corregir a los niños se debe conversar con ellos respecto a lo que hicieron.
  • Hacerles saber sobre la regla que transgredieron y qué consecuencia implica esto.
  • Por lo tanto, se le transmite a los hijos que todo acto tiene ciertas consecuencias, las cuales deben tener relación con la falta realizada.

Castigar al niño no tiene nada que ver con la descalificación y el reto público. Una buena sanción está en tener la capacidad de explicar y conversar con el niño acerca del error cometido con la finalidad de que puedan crecer en un entorno amable, más seguros y más felices.

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