Abuelos cuidadores, cómo contribuir al éxito de la relación

abuelos

Muchos papás optan por dejar a los niños con sus abuelos, alternativa muy atractiva por ser quienes más quieren a los pequeños, después de sus padres.

Aun así, surgen algunas inquietudes que se deben considerar, ya que esta opción no está exenta de desafíos. Puede que el niño sufra de ansiedad por separación, puede que tú tengas algún conflicto no resuelto con tus padres o abuelos; en fin, para que todo resulte bien, toma en cuenta estos puntos.

Respeta el vínculo abuelo-nieto

Lo primero que debes recordar es la enorme importancia emocional que tienen los abuelitos. Son parte integral de la vida de un niño, siendo además un referente de confianza y afecto. Gracias a esta relación, tu hijo puede sentirse seguro afectivamente, enriqueciendo su vida con gratas experiencias.

Instrucciones claras

No pienses que por ser tus padres, no necesitan instrucciones. Ellos precisan entender cuáles son los fundamentos de la crianza que llevas a cabo con tu pareja o esposo, qué tipo de rutinas o rituales existen en la vida de los hijos (ya sean horarios, alimentación o hábitos) y cuáles son los gustos específicos de cada niño. Transmíteles un marco de referencia para que puedan actuar en conformidad y todo fluya bien.

No son clones tuyos

Una vez informados de lo que deben hacer, es hora de que tú te calmes y dejes que los abuelitos hagan su trabajo. No esperes que hagan todo igual a ti, ya que ellos tienen una modalidad educativa diferente y su sistema de vida es distinto. Siempre que no afecten negativamente la vida de tus hijos con alguna mala costumbre o mal ejemplo, deja que se expresen libremente y contribuye para que las 3 generaciones convivan en paz, disfrutando cada uno del rol que le corresponde, sin tener que adoptar un papel forzado sólo porque tú no puedes –o no quieres– ceder.

La base de la confianza

Cuando hayas dejado al niño donde sus abuelos, resiste la tentación de llamar cada 5 minutos para ver que todo anda bien. Hacerlo no sólo podría perturbar a tu retoño, sino que también a los abuelos. No olvides que los niños son súper adaptables y que son felices cuando exploran nuevos horizontes, espacios y personas; así que deja que el pequeño pueda expresarse con libertad en esa sana relación.

Suprime los comentarios negativos

En ocasiones, surgirán problemas, o puede que no te lleves tan bien con tus padres o suegros. Ante todo, evita cualquier comentario negativo sobre ellos frente a los niños, y procura que los abuelos hagan lo mismo. Jamás deben utilizar al niño como intermediario o mensajero para lanzarse acusaciones, de otro modo, éste perderá el respeto por ambos, y además se verá alterada su seguridad emocional.

Deja atrás las recriminaciones

Quizás vuelvas a la infancia con algunos de los comportamientos de tus padres, y de alguna manera afloren resentimientos profundamente escondidos. Por ejemplo, puede que ahora ellos sean mucho más flexibles o demostrativos en sus expresiones de cariño que en tu niñez. Puede ser difícil no recriminarlo, pero la solución más saludable es vivir esta etapa como una reparación. Es decir, si notas que ahora son más amorosos con tus hijos que lo que fueron contigo, valóralo como un progreso y no como un aspecto negativo de su personalidad.

Guardando la intimidad

Es común que los niños le digan a los abuelos cosas que a sus padres no les han dicho, o al revés, puede que estos les hagan comentarios privados a sus nietos (sobre todo a medida que crecen). Es primordial que no se traicione la confianza, y que ninguna de las partes revele esa información. Obviamente, si el secreto amenaza la integridad de la persona (una enfermedad de los abuelos, un episodio de bullying en el colegio), se debe comunicar cuanto antes.

Cuando el niño no quiere ir

Los bebés menores a un año y también algunos niños más grandes, pueden experimentar problemas para despegarse de sus padres. Si ves que tu hijo sufre cuando te vas, debes enseñarle lo que significa la separación, acompañándolo en el proceso y dándole las explicaciones pertinentes de tu ausencia, reafirmándole que no se trata de un abandono, sino de un alejamiento puntual con un retorno seguro.

Es muy importante hacerlo, ya que, de lo contrario, el pequeño dependerá de ti todo el tiempo, lo que te obstaculizará mucho el volver a tus actividades y, además, dificultará la autonomía que debe lograr el niño para su óptimo desarrollo.

Si tu hijo se niega a ir donde los abuelos y hace berrinches, indaga la razón que hay detrás de ese comportamiento. Puedes preguntarle por qué no quiere ir. Las causas son variadas: podría estar recibiendo comentarios negativos sobre sus papás o percibiendo conflictos entre ustedes y los abuelos que lo incomoden. Nunca será bueno obligarlo, pero sí se debe solucionar el problema para que no afecte el lindo vínculo que debe existir con sus abuelos.

 


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