Alergias en la piel del bebé

bebé acostado

Cuando pensamos en un bebé imaginamos que su piel es suave, delicada y cálida, pero no siempre es así

Experto: Dra. Viviana García, dermatóloga.

Cuando pensamos en un bebé imaginamos que su piel es suave, delicada y cálida. En la mayoría de los casos es así, pero no resulta extraño ver a pequeños con piel escamosa, reseca, irritada, enrojecida y con picazón en los pliegues. ¿Por qué está diferencia? Por los cuidados que se le otorgan a su piel en medio de un ambiente hostil y lleno de agresiones.

Efectivamente, la piel es el órgano de mayor tamaño de nuestro cuerpo y está más expuesta a factores externos como el clima, ropa, agua, sol, lociones, polvo, químicos, etc. El mundo intrauterino que albergó por 9 meses al pequeño difiere absolutamente del mundo exterior y cotidiano. La temperatura y la humedad son distintas y, por ello, debemos proporcionarle a su piel un contacto gradual y progresivo con diferentes condiciones ambientales a través de productos sanos que no alteren el Ph ácido de la piel normal (4 ó 5) y eviten la pérdida del manto graso que la recubre.

La dermatóloga, Dra. Viviana García, explica que la mejor forma de prevenir problemas en la piel infantil –o cuando ya se evidencia un cuadro- es usar productos adecuados para la higiene. En su opinión, hay que evitar la utilización de jabones o productos emulsionados que pudieran irritar más la piel. La ropa de bebé debe ser lavada con detergentes hipoalergénicos sin utilizar suavizantes. En caso de ya existir problemas, es importante humectar la piel con productos de la línea dermatológica, dependiendo de cada caso en particular.

Dermatitis de contacto

Los problemas en la piel pueden aparecer en forma imprevista y conviene estar muy atento frente a cualquier signo extraño en el bebé. Una buena costumbre es observar minuciosamente su cuerpo en cada muda o baño y prestar atención a erupciones de color rojizo, aumento de la temperatura, presencia de vesículas pequeñas o ampollas, prurito, costras y piel escamosa en zonas de mayor roce, como pliegues, cuello, mejillas y genitales. Estos síntomas evidencian una dermatitis de contacto, la que puede ser irritativa cuando surge por el contacto de la piel con los componentes de los detergentes comunes y alérgica cuando la piel está sensibilizada a un determinado producto (perfumes, aceites, preservantes, etc.).

La dermatitis se produce con mayor frecuencia en los primeros meses de vida del bebé y su rasgo más característico es el «intenso prurito”, manifestándose una evolución clínica de «círculo vicioso» donde la picazón da lugar a eczema que, a su vez, provoca prurito, erosiones y descamación.

Cuidado con el lavado

Cuando un bebé presenta síntomas de dermatitis de contacto es necesario acudir al pediatra o dermatólogo para iniciar un tratamiento especializado. Sin embargo, se ha avanzado mucho en materia de prevención e información a las mamás sobre los riesgos de usar ropa de fibra sintética o lana y el uso de jabones y detergentes de ropa que no son hipoalergénicos.
El lavado es fundamental ya que la ropa está en contacto directo con la piel.


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