Vacunación Pre-Escolar

Efectos secundarios de las vacunas

¿Qué debo tener en cuenta al momento de escoger si vacuno o no a mi hijo?

Nicol Mendoza-Yáñez.
Psicóloga Clínica USACH
Mamá de 3
Contacto: [email protected]

 Nosotras optamos que sí. La vacunación como elección informada, puede llegar a convertirse en un gran aliado para la salud de nuestros bebés.

Si bien hoy existen variadas posturas en torno a la vacunación de nuestros hijos, es importante estar informados para que la decisión que sea tomada finalmente nos deje realmente tranquilos y seguros de que estará beneficiando a quien importa: nuestros pequeños.

Como sabemos, según el Programa Nacional de Inmunizaciones (Carnet de Vacunación), se indica que desde aquella primera vacunación, ocurrida horas posterior al nacimiento (BCG-Protege contra Tuberculosis), cada 2 meses y hasta los 6 (2-4-6) debemos llevarles para ser nuevamente vacunados, con distintas dosis que les protegen de distintas enfermedades asociadas. Siguiendo con la vacuna de los 12 meses. Culminando este proceso a los 18 meses de edad.

Sin embargo, hoy día dado los avances en investigación experta en el tema, se han integrado al Plan de Vacunación otras cepas que antes estaban tipificadas como “Particulares”, lo que conllevaba un menor acceso a la misma, y por ende, mayor exposición a generar el cuadro/enfermedad relacionada. Lo que en el caso de los infantes puede resultar complejo.

Las distintas campañas realizadas, en Chile, con el soporte de Ministerio de Salud MINSAL que invitan a la vacunación gratuita contra contagios de temporada (como para Invierno la Influenza) facilitan el acceso a esta prestación que antes estaba contemplada dentro de las vacunas complementarias-privadas.

El Pediatra y Virólogo, Dr. Luis Avendaño, considera que el riesgo al que se está exponiendo un niño no vacunado es innecesario. El académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, y Jefe del Departamento de Virología de la misma Institución, quien se dedica precisamente a la experimentación e investigación sobre el tema, reitera el hecho de que, mientras las condiciones de vida (esto implica tipo de alimentación, polución medio ambiental, educación sobre materias preventivas entre otros temas relacionados) sean como las actuales, entonces el escoger no vacunar al bebé podría significar su exposición al contagio de virus y bacterias que, realmente circulan y son amenaza durante ciertos periodos del año. Siendo los pequeños (y otros grupos de riesgo como embarazadas, enfermos crónicos y ancianos) los directamente afectados en caso de ser contagiados.

Es cierto, igualmente, que existen grupos de madres y padres que han decidido no vacunar a sus pequeños. Pero en mi “observación” (de lo leído y a quienes conozco que han tomado esta opción), suelen ser personas que además llevan un estilo de vida que no es la del promedio. Suelen vivir en espacios donde el auto-cultivo de alimentos (huertos), por ejemplo, es parte de su cotidianidad. En lugares donde la contaminación es menos grave, y que conocen de medicinas alternativas que les ayudan a sobrellevar de modo natural (“menos invasivo”). Con lo que poseen en esos casos los “factores protectores” estarían más desarrollados.

Finalmente, tomar una decisión relevante para nuestras vidas, y principalmente una que pudiese afectar la salud de nuestros hijos, es un tema delicado. Donde el educarnos al respecto es la mejor arma que tenemos para protegerlos.


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